viernes, 28 de septiembre de 2007

El Salvador Aun no es de Todos

Latinoamérica y especialmente nuestro país ha venido sufriendo durante las dos últimas décadas los embates de fallidas políticas neoliberales. Nada se ha logrado respecto la mejora del individuo. Por el contrario la pobreza, la escuálida educación, sistemas de salud con enormes deficiencias, la inseguridad y el éxodo (más que el que se critica de cubanos saliendo de su país), la corrupción de funcionarios y la impunidad han ido en escalada. Esto se ha debido a que un sistema que en principio pregonaba igualdades democráticas y de bienestar de las mayorías, fue acomodado antojadizamente para que inescrupulosos, politiqueros y delincuentes hayan llegado al poder.Utilizando una fina demagogia. En muchos casos ayudados en esta faena por fanatizados medios de comunica-ción que perdieron su rumbo y responsabilidad en el oficio periodístico y ajustaron sus maquinarias a la desinformación en pro de un sistema corrupto, que por supuesto les ha significado buen rédito incrementando sus balances financieros. De ahí que los «monstruos» periodísticos no pasan de ser sólo grandes edificios dotados de moderna tecnología y mucho personal afín a los propósitos de sus propietarios. Pero con poca sustancia en cuanto a practicar la imparcialidad y la alta rigurosidad en la profesión que debería sostenerse sobre tres pilares: la información -veraz-, la opinión pública -amplia, variada y tolerante- y la fiscalización a todo poder -estatal y empresarial y no solo a los de la oposición política- que incida en la vida de los congéneres Lo de las libertades económicas y las igualdades, la competencia abierta y la democracia pura fue una promesa que supuestamente llevaría al desarrollo. Del diente al labio. Que ahora, luego de décadas de guerras, de grupos enriquecidos como jeques árabes –sin más «petróleo» que el usurpado del bienestar y la dignidad de las mayorías pobres- y de millones de latinoamericanos desesperados emigrando para buscar lo que aquellas promesas no lograron. Ha quedado demostrado que ha sido un desarrollo falso. Desarrollo al revés. Quienes han logrado su propio y quizás hasta falso bienestar han sido solamente aquellos que de manera inescrupulosa se han arrimado a un poder en entredicho. Políticos sin más conocimiento del tema público que lo que atañe a saquear sus arcas. Grupos empresariales que han llegado a crear verdaderos círculos dictatoriales que se han enquistado (repito, mediante la demagogia y aprovechándose de la ignorancia de los pueblos) en la institucio-nalidad y que funcionan como mafias.Al descubierto -más no tras las rejas- están los jueces corruptos, los ministros millonarios, los diputados narcotraficantes, los presidentes ex-«pobres» ahora «empresarios» de gran calibre. Son esos los grupos que en América Latina y de manera más burda e impune en Centro América se han tomado, a lo bandolero, la conducción del Estado durante las décadas pasadas. Un Estado, que según está concebido en nuestras Constituciones, debe ser de y para todos. Y no de exclusividad para algunos pocos que hacen lo imposible por mantenerse en el poder y continuar su festín a costa de los necesitados.

Tomado de www.diariocolatino.com

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