lunes, 8 de octubre de 2007

La Entrevista (Programa completo) 280907

Esto se los debía desde hace más de una semana. Acá está Mauricio Funes despidiéndose de su etapa de periodista para dar paso a la candidatura por el FMLN. Les agrego además la transcripción del discurso de Mauricio.

Este vídeo dura casi hora y media, por lo que tarda un poco en cargar.


Programa especial de cierre de La Entrevista con Mauricio Funes

Trascripción del discurso de Mauricio Funes, canal 15. 28/09/2007.

î Hoy es viernes 28 de septiembre del año 2007. Un día especial para mí y especial también para los televidentes que me han seguido a lo largo de todo este tiempo de mi ejercicio periodístico.

î Por 21 años he estado en sus hogares, en sus centros de trabajo, muy cerca de ustedes, llevándoles las opiniones de los actores más importantes de la vida nacional e internacional.

î En 1993 tomé la conducción y dirección editorial de la entrevista Al Día, en Canal 12 de televisión y desde entonces realice mis más caros esfuerzos por construir una plataforma plural, independiente y democrática de expresión del pensamiento.

î En este foro se enfocaron y analizaron los problemas que más aquejan a la población salvadoreña; se buscaron y evaluaron las soluciones propuestas; se estimuló el debate libre y sin ataduras de las ideas; se abrió el espacio para la participación ciudadana.

î Se fiscalizó el ejercicio del poder, pero sobre todo el poder del Estado; se denunciaron las arbitrariedades más frecuentes que se cometen en nombre de este mismo poder.

î Sufrí por ello persecución, pero también gocé del respaldo y aprecio ciudadano y de la esperanza de toda una población que trabaja y desea para nuestro país una sociedad mejor, una sociedad justa, una sociedad solidaria, democrática y humanista.

î Los micrófonos y las cámaras de la entrevista que dirigí por 14 años, mostraron una especial sensibilidad por los ciudadanos de menores ingresos, por la niñez indefensa, por las mujeres marginadas y golpeadas por la violencia intrafamiliar, por las fuerzas sociales marginadas de la participación política y excluidas de los canales y medios habituales de expresión; por las fuerzas políticas de oposición estigmatizadas, por muchos años por el poder, y a las que se le ha bloqueado una participación más activa en la definición y construcción de las políticas públicas y que ahora se les intenta anular y dividir para evitar la alternancia en el poder.

î Este espacio periodística ha encarado la realidad desde sus entrañas, se ha nutrido de la sacudiría popular, del sentido común ciudadano. Pero también de los conocimientos que proporciona el análisis científico y la investigación social.

î Siguiendo los pasos de nuestro obispo mártir, monseñor Óscar Arnulfo Romero, hice del periodismo una práctica, un ejercicio profesional inmerso en la verdad y justamente por esta toma de posición frente a una realidad injusta, por esa opción preferencial por la verdad es que practiqué un periodismo perseguido, pero sobre todo enfrentado con el poder.

î En mayo de 1977, monseñor Óscar Arnulfo Romero decía, a propósito de la Iglesia que El Salvador necesitaba, decía: La persecución es algo necesario en la Iglesia, ¿saben por qué?, porque la verdad siempre es perseguida. Jesucristo lo dijo, si a mí me persiguieron, también os perseguirán a vosotros.

î Y por eso, cuando un día le preguntaron al Papa León XIII, aquella inteligencia maravillosa de principios de nuestro siglo, cuáles son las notas que distinguen a la Iglesia Católica verdadera, el Papa dijo, ya las cuatro conocidas: una santa, católica y apostólica; agreguémosle otra, les dice el Papa, perseguida.

î La Iglesia que cumple con su deber -decía monseñor Romero- no puede vivir sin ser perseguida". Del mismo modo, los periodistas que cumplimos con nuestro deber no podemos vivir, no podemos asegurar que lo ejercemos si no somos perseguidos.

î Así como la Iglesia en El Salvador, parafraseando a monseñor Romero, el periodista cuando es perseguido es señal de que está cumpliendo su misión.

î La realidad que vive la mayoría del pueblo salvadoreño es chocante. Las carencias, la falta de empleo y mejores oportunidades para vivir ya han producido un flujo migratorio de cerca de 500 salvadoreños por día, que se van del país, que no encuentran oportunidades de empleo.

î Las dificultades para el acceso a la salud y a la educación, los golpes de la delincuencia, la alta tasa de los homicidios, una de las más altas del continente latinoamericano; la corrupción gubernamental. Todos estos problemas que caracterizan a nuestra realidad no pueden provocar otra actitud en un periodista, que la de la indignación ética, la del compromiso por contribuir a su transformación.

î Del ejercicio periodístico se puede empujar este proceso de cambios. El periodismo se puede y se debe poner al servicio de este proceso de cambios, no al cambio para mejorar, que venimos escuchando desde hace ya casi 20 años y que lo único que ha provocado es que mejoren unos cuantos, que no han cambiado, que siguen siendo los mismos, que siguen siendo los que se han servido en todos estos años con la cuchara más grande y son los únicos que han tenido acceso al beneficio que se deriva del crecimiento económico.

î La apertura de espacios de expresión permite la relación entre gobernantes y gobernados y que los primeros, los gobernantes, se nutran de las opiniones, de los deseos, de los anhelos de los que son gobernados.

î Pero para que estos espacios de opinión se fortalezcan y perduren, es preciso que se muevan en un ambiente de respeto a la institucionalidad, al Estado de Derecho; un ambiente en el que nadie
pueda estar por encima de la ley.

î El periodismo independiente y comprometido requiere de reglas del juego claras, donde los dados del poder no estén cargados para favorecer a quienes están más cerca de este poder.

î En El Salvador, en nuestro país, el Estado se encuentra secuestrado por minorías económicas y políticas que viven de él, que progresan gracias a su intervención. Pero que al mismo tiempo, y eso es lo lamentable, evitan el desarrollo de la mayoría de los ciudadanos.

î Mi compromiso con la población más vulnerable, que ha sido mi compromiso de vida, mi compromiso al que le he dedicado 21 años de ejercicio periodístico, mi compromiso con los que continúan sin tener acceso a las esferas del poder me ha llevado, en todos estos años, a la convicción firme, a la convicción cada vez más creciente de que debo de cambiar de tribuna.

î Estoy en la obligación de cambiar de tribuna y de ejercer el periodismo, para dar paso a una práctica más comprometida con la realidad.

î Mi compromiso, que he ejercido a lo largo de todos estos años, desde el periodismo, debe ahora ejercerse a partir de un esfuerzo político que suponga una participación más clara y más directa en la política nacional.

î Esta ha sido la evolución necesaria de mi trayectoria profesional, ejercida en una sociedad de profundas desigualdades económicas y sociales.

î Hay quienes dicen, por supuesto, que me aproveché del periodismo para construir una candidatura. O peor aún, que siempre tuve el propósito de participar en política y que utilicé esta plataforma periodística para impulsar una incursión en la política nacional desde un partido político.

î Se trata de voces necias e interesadas a las que hay que dejar pasar, a las que no hay que prestar mucha atención. La neutralidad, amigos y amigas, la neutralidad periodística no existe; no existe, y menos en una sociedad como la nuestra, como la salvadoreña, donde las demandas insatisfechas de la población y los abusos de autoridad están a la orden del día y exigen una toma de conciencia, una toma de partido, un compromiso ineludible con los cambios que nuestro país necesita.

î Este día, viernes 28 de septiembre del 2007, cierro un ciclo de mi vida, un ciclo al que le he entregado toda mi vida, el ciclo del ejercicio periodístico. Pero abro otro más desafiante y que demanda mayor compromiso.

î La comisión política del FMLN me comunicó que había tomado la decisión de proponer mi candidatura al consejo nacional de este mismo partido político, para encabezar la fórmula presidencial del 2009.

î El concejo nacional deberá decidir en los próximos días, y si decide apoyar mi candidatura, esta deberá ser ratificada en una convención nacional programada para noviembre próximo. Todo esto, de acuerdo a los estatutos del FMLN, que fueron reformados en diciembre del año pasado.

î Cierro con satisfacción, con orgullo, con entusiasmo, mi ciclo periodístico y abrazo esta propuesta del FMLN y de las diferentes fuerzas sociales que le están acompañando con entusiasmo también, con emoción, con energía. Pero sobre todo con plena seguridad de que la población que me ha respaldado a lo largo de todos estos años sabrá entender esta decisión y lo más importante, la sabrá empujar y acompañar.

î Pongo mi conocimiento de la realidad, que es mi capital periodístico, mi identificación con el pueblo salvadoreño, mi sensibilidad hacia sus problemas y hacia sus necesidades; pongo todo esto al servicio de un nuevo proyecto que seguramente traerá también un nuevo El Salvador.

î Quiero, antes de cerrar esta intervención, agradecer, en primer lugar a la empresa Megavisión, por el espacio, por la oportunidad que abrió a lo largo de más de dos años, para que yo continuara con mi esfuerzo periodístico, después que salí de otro Canal de televisión.

î Muchas gracias a su propietario, a su junta de accionistas y a sus directores, por el respaldo y la oportunidad que me dieron para que continuara con esta tribuna libre de expresión del pensamiento.
Quiero agradecer a los patrocinadores porque sin su patrocinio, sin su
apoyo no hubiera sido posible mantener abierto este espacio. Y por supuesto, quiero agradecer a mi familia, a mis colegas periodistas, a quienes han hecho posible este esfuerzo periodístico a lo largo de tantos años a los que le he dedicado lo mejor de mi vida, a lo que he dedicado lo mejor de mi esfuerzo profesional.

î No quiero cerrar sin antes agradecer el respaldo que me han dado en estos 21 años, 14 años, un poco más, al frente de una franja matinal que se posicionó y que entró en el corazón de los salvadoreños.
Quiero agradecer a los ciudadanos y a las ciudadanas que me siguieron a lo largo de todo este tiempo y que gracias a su trabajo o más bien gracias a su respaldo y a su confianza, es que yo pude seguir adelante en este esfuerzo periodístico.

î Y justamente gracias a ese respaldo es que yo tomé la decisión de aceptar la propuesta que me hizo la comisión política, en espera que el consejo nacional ratifique esta propuesta y que la convención nacional también proclame la fórmula que el FMLN, consultando con diferentes fuerzas sociales y otros partidos políticos, ha tenido a bien proponer a la nación.

î Quiero cerrar este espacio, agradeciendo a todos los que me han respaldado, pidiéndoles que continúen con ese respaldo, porque no cierro un ciclo de mi vida para enterrarme, cierro un ciclo de mi vida para nacer a una etapa diferente con mayores desafíos y mayores exigencias, donde su acompañamiento y su respaldo es fundamental.

î Muchas gracias por todo ese respaldo, muchas gracias también, y espero que nos veamos nuevamente, porque no dejo los medios de comunicación, voy a mantener una presencia mediática, pero sobre todo una presencia más cercana en sus hogares y en sus lugares de residencia. Hasta entonces y hasta pronto.


Alluro

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